Me encantó Chiang Mai. Es una ciudad tranquila, una ciudad de mochileros, es decir, de mochileros que están aquí para visitar, pasear, descubrir las montañas, pero no para los aspectos menos agradables de Tailandia, es decir, la vida nocturna, las chicas de los bares y los salones de masaje más o menos sórdidos. Esto no significa que uno se aburra necesariamente por la noche en Chiang Mai; se puede salir, hay vida en las calles, también hay mercados nocturnos muy animados.
Pero es una ciudad que cambia del frenesí de Bangkok o de ciudades del sur como Patong (en Phuket) o Pattaya 
Pocos coches, calles casi vacías a ciertas horas del día.
Es una ciudad en la que puedes cruzar la calle tranquilamente, incluso hay gente que se para si estás en un paso de peatones es el único lugar de Tailandia en el que he visto esto hasta ahora. Y la vida no es cara tanto para las Guesthouses, hoteles como para los restaurantes.
Como en todas las ciudades de Tailandia hay hermosos templos, un sorprendente y moderno museo histórico 
y sobre todo Chiang Mai es el campamento base ideal para ir a visitar las montañas del norte de Tailandia que culminan a 2500 m en las que se puede realizar realmente (con un guía por supuesto, de lo contrario puede ser realmente peligroso) trekking y visitas de auténticos pueblos.
Hay muchos extranjeros que viven aquí durante todo el año, es una ciudad muy cosmopolita con bares, restaurantes y pensiones regentadas por gente de diferentes nacionalidades.
Es realmente una ciudad que me encantó y en la que podría imaginarme viviendo todo el año, especialmente porque el sur de Tailandia, ya sea Bangkok o las islas, es muy fácilmente accesible desde el aeropuerto.
